viernes, 1 de diciembre de 2006

JAZZ DEL AUTOBÚS

La coincidencia no sé bien dónde nace, si en una fuente de ideas que deseas con todas tus ganas y tanto la proyectas sobre la presencia del devenir que se dibuja a tu conveniencia en situaciones que crees haber vivido antes, o por el contrario, de una débil rutina llena de acciones jazz, saxofeando momentos que estaban por suceder y hoy toca...sorprendíendote musicalmente.

En cualquiera de los casos, mi encuentro con Pablo fue casual causando arquitecturas mentales, a ritmo de piano, el siguiente disparate:

Tengo por costumbre no esperar a que el reloj marque la hora correcta de salida de cualquier lugar, a veces se me adelanta el camino, otras el camino se me pierde por minutos.

Ese día fue de los que perdí noción temporal debido al gran esfuerzo realizado en el trabajo y el bus de las 18:30 no estuvo a tiempo en mi parada de las 21:30 horas. Intemporal como iba, decidí sentarme, dejándome llevar por el espacio de todo asiento vacio, hacia imágenes a cámara rápida desde el panorama del ventanal.

Deseando que todo caos ocupara su lugar, llamó mi atención una mirada que subía en el siguiente stop. Mi tristeza cansada se cruzó con su mirada perdida.

Disimulamos pensamientos, él, mirándome las piernas, yo, mirando su silencio. Y llegó mi parada.

- Perdona ... ¡¡.- gritó a mi velocidad.
- Si ? .- respondieron mis gafas oscuras.
- Verás... me gustaría saber, no creas que hago esto todos los días, si puedo invitarte a un café ...- insinuó su increible voz.
- Si .-contestó mi tristeza olvidada.

Compartir soledades desde la base de la nada estimuló la tarde, él me contó mentiras, yo le conté ilusiones. En un parque, nos besamos como niños, mientras correteaban a nuestro alrededor miles de perros libres y contentos a esas 22:44 horas de la noche, hora en la que pueden ser ellos mismos, nos contagiamos de ese caracter y fuimos durante esa noche eso que nos hubiera gustado ser y no fuimos, recuperamos un tiempo perdido.

- Tienes hambre? .- dijo el eco de su estómago.
- Si, me comería el mundo en salsa picante
- jajaja qué empacho ¡¡
- pues no me dejes con las ganas
Y fuimos a su casa ....
(...continuará...)

2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

¿Que autobús coges?, jajajaja, es broma, muy bueno el relato.

Besos.

Hanna dijo...

Como siempre, muy bueno
...espero por la segunda parte
Besos