jueves, 4 de enero de 2007

EL ASESINO DEL AMOR

Se nos acumulaba el trabajo. Tuvimos que dejar de lado el caso del asesino de momentos y del tiempo, ahogándoles en un paréntesis, para dedicarnos en cuerpo y alma al expediente de un asesino en serie que estaba poniendo el grito de la humanidad en el cielo. El asesino del amor.

Nos dirigimos al lugar de los hechos. Lo primero que se respiraba en el ambiente fue un alarmante cúmulo de pistas que debíamos ordenar, aún dándome grima la situación, fui sacando bolsas.

Nos dimos cuenta que el famoso asesino de la ciudad era un canalla chapuza, su trabajo era rápido y descuidado en mil detalles. Y ante su desliz fuimos apuntando lo que fuimos encontrando:

Regueros de lágrimas negras, resguardos de tintorería, cuentas de restaurantes con menú de una persona o dos a horas sospechosas, camas deshechas, hipoteca, llamadas sin vuelta, sillones repletos, mantas al vuelo, copas vacías vino sangre, luces incendiadas, cristal, ecos de palabras de alto volumen y contexto, niños nerviosos, armarios ordenados, pasillos andados deprisa y sobretodo portazos. No tenía suficientes bolsas para recoger tanto portazo.

Fue tal la confusión de hechos probables al alcance, que dudamos en ese preciso instante sobre nuestra capacidad detectivesca, proponiendo a Agatha que montáramos la frutería de nuestros sueños. Pero ante esa disparatada oferta, ella con su mejor cara seria y echándose el pelo hacia atrás en un impulso Carrá, anotó algo en la libreta y me mostró para que leyera, ante la mirada curiosa de los que nos encontrábamos en la sala:

...el asesino es la rutina, está detrás de ti, no te muevas !.

Solo me dio tiempo a decir: ¿Dónde?..., lo siguiente solo fue oscuridad.

10 comentarios:

Unknown dijo...

el asesino difuso se cuela por las rendijas, nos va debilitando, poco a poco, con puñales micrónicos...hay que estar atento y ponerse las gafas de mil aumentos, para fijarse en los pequeños detalles, para derrotarle con su propia medicina microscópica.
Salud!

Anónimo dijo...

¿de qué están hechos tus bolsillos?

thoti dijo...

¿así que era la rutina? ¡será el tío o la tía!.. ya me parecía a mi que no me olía nada bien este tipejo.. además llega por la espalda.. ¡será traidor!.. (muy bonito el relato :-) )

Anónimo dijo...

no sé si te habrás dado cuenta, pero se te ha caido el cinturón de la gabardina..

Anónimo dijo...

Me enredas con tus enredos...

¿qué pasó con el mayordomo???

Esto no es serio... no señor... nada serio

Isabel dijo...

Menos mal que nos avisaste,Sofía; tras leer tu relato me dí cuenta de que la rutina es una amenaza para todos...
¿Qué hacemos con ella?...
Lo mejor es usar un buen método anticonceptivo y no dejar que nazca... ;-)
Saquemos la imaginación de nuestra chistera...
Besos.

Anónimo dijo...

quereis tortilla de patatas?

thoti dijo...

hecho!

Hanna dijo...

Simulo su propio asesinato, para reaparecer virtuosamente.

Anónimo dijo...

me rindo