sábado, 13 de enero de 2007

EL SÓTANO DEL MIEDO

* * *
He bajado al sótano a por un expediente al archivo. Bajé solo una vez, tengo pánico a esos lugares. Ahora era urgente, tenía que recuperar una documentación para la compañía de seguros por un problema en un viaje de novios a Kenya/Tanzania. Era el sueño de él, quería ver monos saltando por los tejados para darles de comer y leones comiendo cebras. A ella le atraía más un Circuito Austriaco, sentirse princesa por unos días. Pero a África qué te crió, de Safari!. Él se puso pesadísimo y decía - para eso pago yo y me he tragado los documentales de TV2, verás que feos los masanis, los jodios compran a sus mujeres y tienen todas las que quieren, con tetas colgando, habrá mucho negro, pero lo pasaremos bien... -no quería escuchar más (se refería a los Masai, creo)-. Sé perfectamente cuando un viaje saldrá mal, no hay que ser muy listo. Recordarles mientras bajo las escaleras es un verdadero show.
Ella se presentó una tarde, me comentó el tema de su divorcio y sobre la reclamación por el mordisco del Keniapithecus con el que por poco se muere ella del susto, él desangrado y el mono de indigestión. Tenía fotos y me animaba a verlas, que si podíamos hacer algo para agilizar la situación, porque ese dinero también le pertenecía por lo sufrido y que le fuera preparando un viaje a Austria, que de este verano no pasaba.
El sótano tiene una bombilla al final, con el encendido allí también al final, con lo cual te da igual. Uno tiene que guiarse con la luz que baja de las escaleras hasta conseguir llegar al interruptor. Vas adivinando siluetas de mesas, sillas, estanterías de hierro torcidas, restos de material de campamentos, mapas, un balón de naranjito del 82, guías de viaje del 85, un árbol de navidad y entre ese laberinto de objetos, no sé que hacía ahí: una cama. Rezaba para que no me saltara una rata negra de ojos rojos a la cara, aunque me mentalicé visualizando la etiqueta de fuera con la fecha correcta de limpiezas varias. Expediente Sres. Manco, ya está. Y se fue la luz.

Creo que mi grito se escuchó en Pamplona y en el resto de lugares de España y parte de Gibraltar a la vez, pero propagándose el sonido de una forma extraña, tanto como para que ninguno de mis compañeros consiguieran escucharme. He descubierto la tonalidad más negra dentro del negro, supongo que así debe ver un ciego y así debe ser la visión que tiene un extraterrestre de nuestro futuro. Veo dos lucecitas intermitentes. Intenté dirigirme hacia ellas y recordar la colocación de los objetos para no chocar, no quería que las estanterías me aplastaran. Las dos luces eran ahora más grandes, tiré el expediente, necesitaba los dos brazos y manos para palpar el vacío, un rugido.

Mis visitas al zoo me hacen distinguir perfectamente lo que es un rugido de león, del chirriar de una puerta. Y eso era un rugido de león. Las lucecitas desaparecieron. Mi intuición decía que estaba a dos pasos del balón más o menos y de la cama, me agaché para intentar localizar algo y toqué la sábana, y pelo, una melena dura. Estaba a punto de perder el conocimiento cuando vino la luz a la bombilla y en la cama no había un león, era una leona. No entendía nada, mi cuerpo se paralizó. En las escaleras escuché el eco de la voz de mi compañera preguntando por mi. Vi como la leona se incorporó sobre la cama, saltó y el pelo se caía, el cuerpo musculaba humano y se erguía tomando mi forma. No hubo rugido, su boca sonó a mi voz y dijo: sí, ya subo!. Me miró, subió las escaleras y cerró la puerta, dejándonos a mi terror y a mi en el sótano. No volveré a bajar.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Espeluznante... jamás volveré a bajar al sótano sin linterna...

Anónimo dijo...

...te va a dar igual buho, cuando se siente miedo todo es oscuridad... (lease esta frase con la música de "Historias de la Cripta", voy a buscarla a ver si la encuentro). Un Buho debería estar acostumbrado al miedo,no? por vivir en el bosque y tal..

Anónimo dijo...

Te comprendo yo hay sitios de las casas que me acojonan. Pero tengo que pensar que la oscuridad es mi amiga.


besicos

Sofia dijo...

sí, a mi también la cocina por ejemplo, después de una fiesta.
A ti cuales?

besicos

El detective amaestrado dijo...

Yo cantaba en voz alta para disipar el miedo. Ahora lo hago en voz baja, de manera que el que está en la oscuridad le entra mas miedo que a mi

Mandarina azul dijo...

No te preocupes, os bajaré al sótano algo de comer a ti y a tu miedo. Si me atrevo a bajar, claro. Qué bueno, sofia.

Anónimo dijo...

detective, alguna canción de las Grecas?

mandarina, gracias, la menestra estaba buenísima..

nancicomansi dijo...

A mi mí, de pequeñita, me daba pavor la buhardilla de casa de mis abuelos...al bajar, saltaba las escaleras de cinco en cinco...que digo ´saltaba...¡Volaba!

nancicomansi dijo...
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Isabel dijo...

En fin a mi me dan miedo muchas cosas,sobre todo las situaciones que sabemos que no podemos controlar.
Qué angustia,Sofia...;me taparé los ojos y también los oídos por si grita alguien más;lo mismo soy yo.
Besos

Anónimo dijo...

O sea que... la leona sale y Sofía se queda. ¿Es eso?

Anónimo dijo...

nanci - isabel, no nos sugestiones tanto que vamos a parecer un famoso cuadro de Munch

ay sortilegio!, exacto, y también significa que soy una leona en la cama

Unknown dijo...

Así que la del grito fuiste tú? es que no puede uno dormir tranquilo? jeje
Bueno, habrá que desperezarse y salir por ahí!!

p.d: tenemos que hablar de un viaje nórdico, jejeje

Anónimo dijo...

por lo que veo no has pasado miedo juan, te veo la mar de activo, representas muy bien ese cuento con ese título "juan sin miedo"... qué dices de nórdico?

Unknown dijo...

A mi me da miedo:
- los telecupones
- los discursos de Rajoy
- la incomunicación
- mi propia cobardía

pero el resto de cosas, no te creas...
Pásame tu email y te cuento acerca de viajes nórdicos.
Salud!