miércoles, 29 de noviembre de 2006

MI ENCUENTRO CON EL MONOLITO (II)


Compartir secretos con una amiga es el modo más inteligente de descuartizar, pulverizar, aprender, proyectar, deshacer, rehacer, construir y crear la vida. La mente femenina engloba toda la potencia natural de eso que llamamos esencia y con naturalidad, sin freno, desgranamos todo concepto. Teníamos los mejores IN: intensas, inopinadas, incansables, indirectas .... inacabadas e incorregibles. Compartimos deseos al igual que ilusionamos futuro etéreo, eso si, todo desde la mentira, así es como se llega a las grandes verdades. Esta relación fue lo absoluto, hasta que un día dio vuelta a su verdad, revolviéndome el corazón en un centrifugado intenso.
- Sofista ... cómo estás .- me dijo él con sus ojos de tuareg.
- Lola es David,,, sabes las cantidad de palabras que contiene mi nombre?
David, vida, diva, vid, di, da, va. Me has puesto del revés du du a ¡
Darse cuenta que tu mejor amiga de repente ya no es mujer, sino que es hombre, es un desconcierto a la mayor sinfonía, a la mayor armonía...las notas se tornan jazz, te sientes pequeño por el desamparo de lo entendible. Es shock, incluso si no reaccionas rápido, puede resultar cruel esa noticia sobre el cambio de identidad gratuito de esa persona a la que has confiado tu mente. Había compartido todo, con un hombre que se hacía pasar por mujer.
Cuando te guías por la consciencia, es la razón quien maneja toda situación, toda acción y te sientes seguro porque te mueves en el terreno de la lógica y lo entendible. Toda pregunta y respuesta están dentro de un paradigma más o menos conocido, manejado anteriormente, conversado con otras personas, tienes cinco sentidos y cuentas con los dedos de pies y manos sentimientos producidos.
Cuando navegas por la inconsciencia, es la intención la que maneja toda acción, intención oculta en un lugar desconocido por la razón.
Y fuimos inconscientes. Él más que ninguno y yo más que su inconsciencia. Mi intención era enamorarle, porque ya Lola me enamoró. Su intención era doble, razonarme el inconsciente.
Así que a ambos se nos vio el plumero cobarde del juego de desconfianzas y el tetris terminó en un miedo apocado, en un desconocimiento lejano, dibujos de humos y humores olvidados, allí en ese lugar donde se guardan los vientos, … en esa caja de Pandora...Siempre nos quedará Berlín ...

4 comentarios:

Lunarroja dijo...

Tremendo.
Historia intensa, como vosotros. En el fondo, de esas que merece la pena vivir...

Isabel dijo...

Tus escritos siempre están llenos de fuerza viva...;mundos reales y subjetivos a la vez...
Inesperados,sorprendentes...
Originales,como tú....
Un saludo Sofía...
Me puedes visitar en http://mutuaspalabras.blogspot.com
También dí el salto al final...;-)

Anónimo dijo...

Me gustó la historia... Te invita a participar, es intensa...

TORO SALVAJE dijo...

Me has dejado boquiabierto, menuda historia....

Un abrazo.