martes, 11 de diciembre de 2007

VOCACIÓN

Carmela es funcionaria. Es una tarde de domingo aburrida, como otra cualquiera a la hora del café, con la familia. Mientras los niños corretean por el salón, su cuñado habla de los grandes negocios que ha desarrollado, su marido cabecea frente al televisor, su padre anota los resultados de la quiniela que dicta la pequeña radio, su madre discute con el padre mientras éste no escucha y su hermana le cuchichea las infidelidades de la vecina del segundo a la vez que grita a uno de los niños. Ese cúmulo de anécdotas interesantísimas que discurren en tan solo un segundo, alcanzan el cenit con lo que a cada uno le deparará el lunes rutinario. Según la familia al unísono, Carmela tiene suerte, es funcionaria. Envidian su tiempo. Comentarios del tipo, tú, tendrás poco que hacer, sales a las tres. A la hora del desayuno, que realmente serán dos horas, podrás hacer compras. Tu ventanilla, espera a que en algún momento abras y dispares mil formularios, sin sonrisa, decoradas tus uñas con laca del color de moda. Escupir palabras al otro lado del teléfono y cuando quieres realmente abrir carpeta, cierras, fichas y vuelves a casa. Su sino ha sido ser en todas las facetas de su vida, poco reconocida. Y no se queja, solo responde con un "oye, que aquel examen de acceso me lo gané", cuando todos los de la familia saben que esa silla incómoda de ruedas, la ocupa por su Tío Ricardo.
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Es así como nuestra historia, nos sitúa en la mañana del Lunes. Este día ha sido un escándalo, prisas y comentarios por cada rincón de la oficina. En el ascensor, no se escucha hablar de otra cosa. Nos han visitado dos policías. Se han llevado a Carmela. La entrevista en comisaría ha durado apenas unos minutos.
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- Confiesa .- dice el señor bajito, de tic en el ojo derecho y lengua de estropajo, a nuestra adorable Carmela.
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- Sabemos que eres tú, tenemos pruebas .- atemoriza el alto señor. El humo de su cigarro, lo dispara directamente de su pulmón a la mirada atemorizada de nuestra sencilla Carmela.
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Ella, con sus pequeñas manos sobre lo poco que deja ver de sus rodillas esa falda de paño, tranquilamente se levanta y dice:
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- Mi vocación se reveló, me fascinó la sangre...


12 comentarios:

Sofia dijo...

El Sr.de Goear, debe trabajar ahora para Radioblog, no funciona ninguna canción!

El búho rojo dijo...

Seguro que Carmela (ay, Carmela, ay, Carmela...) tiene una vocación muy abnegada... creo que la van a proponer para directora del departamento de quejas...


(Omito la PD por que no hay... toy perdiito del to)

kutxi dijo...

¿Sabes que estoy haciendo mi enésimo intento de escribir una novela... y tiene ciertos puntos en común con tu relato? De momento, claro, luego tirará para donde quiera o se me marchitará como las anteriores.

Saludos.

PD: yo hace meses que di a Goear por imposible.

Anónimo dijo...

Buho..

y el enlace?

no has probado

Anónimo dijo...

uy kutxi, que nos cruzamos...pues no lo dejes..hazlo, me encantaría leer esa historia.

Anónimo dijo...

Chica, tus finales me estremecen.

El búho rojo dijo...

Anda... los DONUTS!!!

Anónimo dijo...

jajaja
sin palabras y sin pd

Anónimo dijo...

esto es un vicio

p.d. para ti
Buenas noches

Anónimo dijo...

Supongo que uno mira alrededor y tiene que intentar desechar lo que agrisacea su vida, casi todos siguen de la mano de la inercia hasta que es demasiado tarde. Sorprende lo que a algunos les saca de esa rueda de hamster, como en tú relato. Pero prefiero, si no te importa, quedarme con esa lectura más personal de lo que has descrito y escrito, Da Vinci decía que una obra de arte, o una vida, se ha de tirar por una montaña, lo que se rompe y despedaza no sirve, no servía, lo que queda, es el auténtico arte, la auténtica vida.
Un saludo y me alegra haber encontrado este lugar donde escuchar cosas que nunca se dijeron. Besos

Anónimo dijo...

lo del hamster...me ha recordado una historia....que...

postdata (jaja)
dos puntos, cuanto daño ha hecho DanBrown a Da Vinci

magaca dijo...

muchos de tus vídeos y canciones son parte de mis recuerdos, pero tu estilo es único, sofía.
una misma generación pero el don para escribir va con los genes.
mis más sincera admiración
saludos!